FAQ

Rehabilitación energética

Rehabilitar un edificio es reparar o modificar las partes que puedan estar dañadas o deterioradas.

La rehabilitación energética de un edificio consiste en tomar medidas de rehabilitación que permitan disminuir su consumo energético.

Se puede actuar sobre:

  • La envolvente térmica del edificio, compuesta por todos los cerramientos que limitan espacios habitables con el ambiente exterior, con el terreno o con espacios no habitables. Se busca disminuir las pérdidas energéticas a través de los cerramientos y por ello se incrementa el aislamiento térmico de fachadas, suelos y cubiertas o colocando unas ventanas más aislantes.
  • Las instalaciones de edificio pueden cambiarse por otras con mejores rendimientos y menos consumos.
  • Se pueden utilizar nuevas fuentes de energía de carácter renovable, como la energía solar o nuevos combustibles, menos contaminantes, como la Biomasa.

La fachada, además de ser la cara de nuestra casa, es, uno de los elementos más importantes de seguridad y garantía para el confort interior del edificio.

Por su situación se encuentra constantemente expuesta a las inclemencias atmosféricas y, por esto, una falta de mantenimiento puede provocar patologías que si no se corrigen pueden tener consecuencias grabes.

La rehabilitación de la fachada se contempla como una acción preventiva, que permite reparar posibles patologías del edificio, así como mejorar su aspecto exterior, hacerlo más moderno, más seguro, más eficiente energéticamente e integrarlo en el entorno.

Mediante la rehabilitación de la fachada, su edificio gana en durabilidad y seguridad. Un mantenimiento correcto ahorrará gastos en un futuro.

La cubierta es un elemento fundamental del edificio, es la protección de la estructura de cerramiento y el principal elemento de estanqueidad y protección.

La cubierta de un edificio es la “fachada” más expuesta a los agentes atmosféricos, es uno de los elementos más castigados.

La impermeabilización de las cubiertas tiene una durabilidad limitada y cuando esta impermeabilización deja de ser eficaz, es necesario revisar la cubierta.

Una buena impermeabilización protege este área reforzando los puntos débiles y previniendo de esta forma las posibles filtraciones.

La impermeabilización de la cubierta, es imprescindible para evitar no sólo las molestias que produce una gotera o la aparición de manchas, sino sobre todo los problemas estructurales que se pueden desarrollar a lo largo del tiempo, así como las complicaciones de salud derivadas de las humedades en el interior de las viviendas.

Hay muchas formas de hacer una rehabilitación energética de una cubierta de un edificio, tantas como tipos de cubiertas. Sin embargo, se pueden agrupar por el lugar por donde es accesible la instalación del nuevo aislamiento:

  • Colocar un aislamiento sobre la cubierta existente aprovechando una operación de mantenimiento de la misma, por ejemplo un recorte o cambio de la impermeabilización.
  • Instalar aislamiento entre las vigas o los tabiques que forman la pendiente del espacio bajo cubierta cuando éste no es habitable y si es accesible.
  • Llenando el hueco del falso techo con aislamiento térmico.
  • O bien por la cara inferior del techo existente colocando un trasdosado directo compuesto por aislamiento y placa de yeso laminado.
  • Cualquiera de estas soluciones es válida pero requieren un análisis de viabilidad técnica y económica en cada caso.

Ayudas Next Generation

La convocatoria va dirigida a comunidades de propietarios PLURIFAMILIARES o propiedades verticales de edificios de viviendas que cumplan alguno de los siguientes requisitos:

  • Tienen que estar construidas antes de 1996, a excepción de que se haya hecho alguna obra para mejorar la accesibilidad o la eficiencia energética.
  • En el caso de las viviendas unifamiliares, debe ser 100% el domicilio habitual y permanente. Por el contrario, en el caso de las comunidades de vecinos el 70% de la superficie del edificio (excluida la planta baja) debe ser uso residencial y el 50% de domicilio habitual.

Tienen como objetivo subvencionar obras de rehabilitación en las que se obtenga una mejora acreditada de la eficiencia energética en edificios, obteniendo una reducción de consumo de energía primaria no renovable del edificio igual o superior al 30%. El plan de rehabilitación de edificios, tiene como propósito global alcanzar en el segundo trimestre de 2026 la cifra acumulada de 510.000 actuaciones de renovación en vivienda y ayudar a multiplicar por diez el ritmo de rehabilitaciones en España.

El criterio para repartir las ayudas, en este caso, será por el número de hogares que cada comunidad tenía en el 2020, según estableció la Encuesta continua de hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El porcentaje subvencionable va directamente relacionado con la reducción del consumo EPNR:

  • 40% de subvención: cuando la reducción del consumo EPNR sea igual o superior al 30% (Un máximo de 6300 €/ vivienda)
  • 65% de subvención: cuando la reducción del consumo EPNR sea igual o superior al 45% (un máximo d’11.800 €/ vivienda)
  • 80% de subvención: cuando la reducción del consumo EPNR sea igual o superior al 60% (un máximo de 18.800 €/ vivienda)

En caso excepcional, existen los propietarios que cumplan el criterio de vulnerabilidad económica o social. Se les podrá financiar hasta el 100% del coste de la obra.

Además, los ciudadanos podrán beneficiarse de estos programas a través de deducciones en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). Los contribuyentes que accedan a los fondos podrán deducirse un porcentaje de las cantidades satisfechas.

Cada organismo autonómico competente marca las pautas a seguir para solicitar las ayudas, por lo que las exigencias pueden variar de una comunidad autónoma a otra. Como regla general, los documentos necesarios son:

  • Documentación administrativa: impreso de solicitud y otra documentación complementaria para identificar al solicitante.
  • Documentación técnica: memoria técnica, firmada por técnico competente, donde se describe las actuaciones que se llevarán a cabo y cuál es la mejora energética que se logra (en términos de reducción de las demandas de energía del edificio).

Para que la renovación energética del edificio sea efectiva, por eso es vital contar con la intervención de una figura que tenga los conocimientos adecuados de construcción, urbanismo, leyes y eficiencia energética.

El agente rehabilitador es el encargado de preparar la documentación y gestión de las ayudas de modo que evita demoras en la tramitación.

Además, ofrece confianza en realizar las obras de rehabilitación dentro del plazo establecido y con las mejoras arquitectónicas correspondientes, y también garantiza obtener el porcentaje más alto de subvención para la financiación de las obras de rehabilitación.

Los agentes rehabilitadores llevan a cabo sus funciones con el procedimiento “llave en mano”.

Consistente en una gestión de todo el proceso de la rehabilitación energética de una forma integral, haciéndose cargo de la solicitud de la subvención, la gestión de la documentación, el estudio energético, la tramitación de las ayudas, el control de la contratación, el control de la rehabilitación y la financiación.

“Llave en mano” quiere facilitar que, una vez la comunidad de Propietarios ha designado al Agente Rehabilitador, esta se puede desentender de todos los trámites y gestiones tanto con la administración como con los diferentes industriales que tienen que intervenir en la rehabilitación garantizando el éxito de esta.